Aeronaúticos continúan en lucha contra «riesgosas» políticas aerocomerciales del gobierno

A raíz de lo que denuncian como “graves falencias en la política aerocomercial”, los Sindicatos Aeronáuticos Unidos (APTA/APA/UPSA/UALA/APLA/ATCEPEA/ATEPSA) manifestaron a través de un comunicado su preocupación a raíz de las deficiencias en el servicio de los vuelos que ponen en peligro a los trabajadores, a los usuarios y a las compañías aéreas y por este motivo se declararon en estado de alerta y movilización.

En lo referente a la Seguridad Aérea destacan como irregular el intento de reemplazo de las actuales normas aeronáuticas argentinas RAAC, por las normas Latinoamericanas LARs, en su criterio “mucho más laxas y menos exigentes” y argumentan que de producirse esas sustituciones, “las capacitaciones, habilitaciones y el ejercicio profesional de Pilotos y el Personal Técnico Aeronáutico se verán peligrosamente devaluados y flexibilizados y, por ende, la seguridad operacional aérea de nuestro país”.

En lo que hace específicamente a Control del Tránsito Aéreo, los sindicatos denuncian que “nuestros aeropuertos están al borde del colapso por sus carencias tecnológicas y de infraestructura” y señalan además que sin ninguna mejora “continúan agregando cientos de nuevas rutas que conducirán a un colapso inevitable con pérdidas de costos materiales y de vidas”.

Son muchos los puntos que se destacan a lo largo del escrito, haciendo incapié “en la falta de planificación de la Secretaría de Transporte Aerocomercial y en la apertura masiva e indiscriminada de nuestro Mercado a compañías aéreas extranjeras que importan trabajo aeronáutico en detrimento del trabajo aeronáutico argentino”.

También la embestida va contra los tan publicitados vuelos “Low Cost” que reducen drásticamente, además del gasto del confort, los costos que comprometen la seguridad en vuelo: combustible, capacitación del personal, exámenes psicofísicos de técnicos y pilotos, condiciones y modalidad laboral, calidad y cantidad del mantenimiento y reparaciones aeronáuticas, salarios dignos adecuados a la calificación y responsabilidades.

Otra de las preocupaciones es que estas modalidades de bajo costo deriven en la contratación de pilotos y técnicos extranjeros como monotributistas (cosa que ya existe) de los cuales se desconocerá la calidad de su capacitación y experiencia profesional. En ese caso el temor es que sean contratados, con lo cual no tendrán Convenio Colectivo de Trabajo, paritarias salariales, Obra Social, jubilación, una práctica, que, con la excusa de la competencia empresarial, puede extenderse a toda la actividad de la aviación civil nacional.

Y por último, los gremios aeronáuticos anticipan un mal final para Aerolíneas Argentinas y Austral, que, -aunque afirman- son empresas que “transportan más pasajeros y facturan más”, siguen teniendo un enorme déficit pues, entre otras cosas, muchos de los grandes costos de ambas empresas son en dólares: combustible, alquiler de aviones; mantenimiento (compra de equipos, repuestos y trabajos en el exterior), y tienen al menos un 50% de sus ingresos en pesos, lo que,  repetidamente, generará la excusa para que sean privatizadas o vayan a la quiebra.