Por la crisis económica y su fuerte impacto negativo en la venta de autos, la Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa) evalúa la posibilidad de suspender el Salón Internacional del Automóvil de Buenos Aires, evento bianual que iba a realizarse en junio del año próximo.
A principios de año el sector esperaba romper el récord del año anterior y lograr la marca de un millón de vehículos vendidos, pero las expectativas se esfumaron rápidamente con la primera crisis cambiaria del mes de abril. A partir de allí, la fuerte devaluación del peso complicó todos los planes anteriores y definió un panorama fuertemente negativo, que algunos directivos del área automotor llegan a comparar con el escenario de 2002. Las automotrices festejarían si el año se cerrara, gracias a numerosas promociones y ofertas, con unas 800 mil unidades vendidas, 100 mil menos que el año pasado.
En la reunión de Adefa realizada ayer, algunas empresas plantearon la conveniencia de cancelar la muestra ante las fuertes pérdidas que están teniendo entre el aumento de los costos y la fuerte caída de la demanda. Y aunque se decidiera concretar el próximo Salón del Automóvil ya hay empresas que anticiparon que no participarían de la edición 2019. El encuentro ya se suspendió en 2009 por el impacto de la crisis financiera internacional.
De las 12 automotrices que conforman Adefa, solo la mitad estaría a favor de sostener el evento, que en su última edición pasado llegó a convocar a 500 mil personas, otras tres impulsan la suspensión y hay tres aún indefinidas. La decisión de algunas marcas líderes de no participar pone en duda la realización del evento, aunque la mayoría mantuviera la decisión de hacerlo, ya que devaluaría fuertemente su perfil.
Una de las objeciones principales tiene que ver con el costo que implica la organización de Salón para sus participantes. El encuentro de unas dos semanas, que tradicionalmente se hace en La Rural, implica un gasto de entre 2 y 3 millones de dólares por automotriz. En un momento de crisis del sector, donde las ventas se desploman, hay sobrestock de vehículos y diversas terminales multiplican las suspensiones de operarios, se evalúa como un gasto excesivo.
Desde Adefa aún no se tomó una decisión definitiva y se postergaron las definiciones para las próximas semanas, aunque la confirmación podría postergarse hasta fin de año.