En los últimos días el Ministerio de Salud de la Nación emitió un comunicado informando que se avanzará con los recortes en el área y que no se renovarán 1.400 contratos que vencen a fin de mes, afectando a numerosos hospitales nacionales y otras dependencias sanitarias. El Presidente Javier Milei celebró la medida enfatizando: “Afuera, seguimos con la motosierra”. Este lunes se llevó adelante un abrazo simbólico en defensa del hospital de salud mental Laura Bonaparte, golpeado hace meses por los recortes y reestructuraciones que impulsa la cartera de Salud.
“La optimización de los recursos humanos del Ministerio de Salud de la Nación, organismos descentralizados y hospitales nacionales, se realiza en el marco del cambio de sus estructuras y a partir de identificar irregularidades en la contratación del personal durante la gestión anterior”, se informó oficialmente desde la cartera que encabeza Mario Lugones. Y agregaron: “Esta medida se suma al recorte del 30 por ciento de cargos políticos realizado durante los primeros días del año y no afecta el normal desarrollo de las funciones sanitarias”.
La medida no sólo implicará recortes de personal en instituciones clave para la atención en salud pública como los hospitales Español, Bonaparte, Sommer, Posadas, René Favaloro, Cuenta Alta y el Instituto Nacional del Cáncer, sino que también alcanzará a organismos en PAMI, la Superintendencia de Servicios de Salud, Sedronar, ANDIS, ANLIS – Malbran, ANMAT, y al Inareps, entre otros. Más allá de las promesas oficiales, es incalculable el impacto de la reducción de personal en instituciones sanitarias ya debilitadas por los recortes presupuestarios y la falta de inversión en temas de infraestructura.
Además de esta tanda de despidos y de los recortes previos, a mediados de año el Gobierno dio de baja el Programa Nacional de Becas de Salud Comunitaria, creado en 2002 para financiar el trabajo comunitario de médicos y equipos de salud de baja complejidad con un criterio federal. En este caso no se habló de “optimización” sino de “refuncionalización de programas con el objetivo de fortalecer y hacer más eficiente la asignación de recursos poniendo el foco en los beneficiarios”.
En el marco de la ofensiva oficial contra el sistema público de salud, este lunes se llevó adelante un abrazo al Hospital Bonaparte, convocado por la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). El acto apuntó a exigir la reincorporación de los 200 despedidos del nosocomio y el cese de las políticas de ajuste aplicadas por el Gobierno nacional contra la institución, con las consignas “Vaciar es cerrar” y “Sin trabajadores no hay Salud Mental”.
El titular del gremio de estatales, Rodolfo Aguiar, cuestionó el plan de despidos y planteó la necesidad de revisar la medida “de manera inmediata”, ya que de no hacerlo “los perjuicios posteriores serán irreparables”. Al respecto, denunció que “se están afectando derechos sociales de grupos de extrema vulnerabilidad”. Y concluyó: “Estas cesantías masivas en Salud vulneran derechos individuales y colectivos de todos los usuarios del sistema sanitario público en el país. Son despidos que se llevan adelante en el marco de un supuesto programa de reestructuración según el Gobierno, pero en realidad se está afectando la continuidad y operatividad de todos los servicios de salud”.