Con el inicio de febrero entraron en vigencia toda una serie de nuevos tarifazos, que se suman a los ya vigentes y añaden presión a una inflación que parece lejos de comenzar a descender desde los casi 50 puntos alcanzados el año anterior, tal cual las promesas del oficialismo.
El aumento más polémico, por producirse en medio de una seguidilla de cortes de energía eléctrica que ha dejado a cientos de miles de hogares sin luz, es el aplicado por las distribuidoras Edenor y Edesur, que a partir de este mes aplicarán ajustes de entre 26 y 32%, que en los próximos meses seguirán incrementándose hasta llegar a 55% (sobre el 2000% ya aplicado desde fines de 2015). Es decir, aumentos más de 20 puntos por encima de la inflación prevista para un servicio que, pese a la sucesión de tarifazos, parece seguir siendo tan deficitario como antes.
El bolsillo de los asalariados sufrirá otros fuertes impactos durante este mes de febrero. Uno de los que más fuerte golpeará es el nuevo aumento del transporte público. Se trata del segundo aumento en lo que va del año, que llevará al pasaje mínimo de colectivo a $16,50 desde mediados de mes, mientras que las tarifas de las líneas ferroviarias Mitre, Sarmiento y San Martín pasará a $11,25, la del Roca y el Belgrano Sur a $7, la del Belgrano Norte a $6,25 y la del Urquiza a $7,25. El pasaje de subterráneo llegará a $16,50 (y seguirá sumando aumentos mensuales hasta los 22 pesos), mientras que el Premetro valdrá $6 pesos.
También se ajustarán los planes de las prepagas, que aumentaron un 5% a partir de este viernes. Durante 2018, el servicio de medicina prepaga aumentó un 40,2%, con cinco aumentos a lo largo del año.
Dentro de esta semana, además del gran incremento de alimentos y productos de limpieza, se confirmó otro aumento que golpearán fuertemente los bolsillos de los trabajadores de menos recursos, especialmente en el caso del gas en garraba, que en el caso de la de 10 kilos pasará a costar $267,70 pesos para el público, mientras que en su versión “social” tendrá un costo de $152.