Según análisis de diversas consultoras privadas y bancos, en 2019 el consumo podría tener su tercer año consecutivo de retroceso. El consumo privado podría llegar a caer otro 2,6% respecto de 2018, que ya fue un año de clara retracción.
El análisis de Consensus Economics-Economic Forecasts and Indicators, que recoge expectativas de consultoras y bancos, anticipa que el consumo privado (que agrupa todo lo que consumen empresas y las familias) caería un 2,6%, pero algunos de los más pesimistas dentro de los consultados llevan esa cifra hasta el 4,2%.
El director de la Fundación Libertad & Progreso, Aldo Abram, detalla: “En lo que respecta al consumo privado, yo veo una recuperación en el primer trimestre, una suba un poco más fuerte en el segundo, una desaceleración del nivel de actividad por inicio de fuga de capitales en el tercero y una caída del nivel de actividad en el cuarto. En ese marco, la gente va a tener menos propensión a consumir”.
Uno de los peores pronósticos lo hace la consultora Analytica: “El consumo privado caerá 4% en 2019, explicando la mayor parte de la caída del producto por ser su principal componente (representa cerca de 75% del PBI). La caída prevista para 2019 se explica por el bajo dinamismo de los créditos, los ingresos de los hogares y la tasa de interés real que determina las decisiones de consumo”. La misma consultora anticipa que en 2019 no habrá una sustancial mejora de la actividad económica nacional.
El estudio de Orlando Ferreres y Asociados anticipa que la situación seguirá siendo grave en cuanto al poder adquisitivo de los consumidores, ya que el retroceso de 11% del salario real registrado en 2018 apenas registraría una mejoría en junio de este año (1,2%), mientras que el empleo tendría un aumento de 1,7% durante 2019 y la desocupación mejoraría en unas décimas, pasando de 10,1% a 9,8%.
Juan Manuel Primbas, director de Kantar Worldpanel, considera que este año habrá “un primer semestre negativo, por los precios y la inflación más todos los aumentos de tarifas” (además porque la base de comparación serán los primeros cuatro meses de 2018 que, comparativamente fueron buenos), con una retracción económica del 4%, una cierta recuperación en el segundo semestre.
Por su parte, Pablo Mandzij, RS Director Emerging Latam South de Nielsen, destaca el impacto de la inercia negativa de 2018, que se verá acentuada por los ya anunciados aumentos de tarifas, lo que “va a seguir golpeando en los próximos meses”. Y añade: “La conclusión es que los primeros cinco meses del año van a ser duros y habrá que ver cuánto se repunta en el segundo semestre”.