«Para muestra alcanza con un botón». El gobierno avanza con intervenciones y disoluciones de Obras Sociales para marcar la cancha del sistema de salud

Ahora es la Obra Social del Personal de la Industria Botonera (OSPIB), la señalada por la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), como en proceso de disolución, a través de una publicación en el Boletín Oficial.

Si bien OSPIB, contaba con pocas decenas de afiliados, la SSS que conduce Gonzalo Oriolo, muestra a la entidad de la industria botonera, como un ejemplo del accionar del organismo, que ya actuó sobre la Obra Social del Personal Aduanero, la industria del Fósforo, entidades que operan en diferentes provincias y la propia Obra Social de los Trabajadores Rurales, aunque en este caso puntual, con una compulsa política y judicial, mucho más amplia, que se mantiene con final abierto.

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La situación del sindicato SUPARA, hoy en un proceso electoral con presentación de dos listas opositoras a la conducción de Carlos Sueyro -aunque resta un largo camino por recorrer hasta la segunda semana del mes de agosto-, para renovar el Consejo Directivo.

También está en conflicto la Obra Social del Personal del Azúcar del Ingenio Ledesma, que exhibe una compulsa dentro de un enfrentamiento más amplio entre la representación gremial y la patronal empresaria, también trasladada a la cobertura de salud de los trabajadores del establecimiento.

Lo cierto es que la administración libertaria puso la lupa en el sistema de salud que ofrecen las Obras Sociales con crisis de financiamiento, debido a varios factores, entre ellos la demora en recibir los fondos que recauda el gobierno del aporte de los trabajadores, la marcada disminución de los puestos de empleo y la caída real del poder adquisitivo salarial, que reduce la capacidad económica de las entidades nacidas para brindar salud a la fuerza laboral.

Asimismo el gobierno nacional, al igual que en la década de los ’90, puso en marcha un proceso de desregulación más efectivo, para agilizar cambios en las coberturas, más allá de la fortaleza de las prestadoras, al tiempo que instrumenta la disminución de las compensaciones a las Obras Sociales que considere de poca cantidad de beneficiarios, alentando su fusión con otras de mayor peso.