El Gobierno «echa nafta al fuego» del conflicto de la salud pública con despidos en el Posadas y sanciones en el Garrahan

Mientras se profundiza el reclamo de los trabajadores de los hospitales públicos de todo el país, el Gobierno nacional decidió agudizar aún más la crisis confirmando el despido de 110 trabajadores del Hospital Posadas, argumentando que “no cumplían con sus tareas”. En el Garrahan, durante la primera jornada del paro por 48 que están llevando adelante los médicos y residentes de los hospitales que dependen de la Ciudad de Buenos Aires, se hizo pública la renuncia de una de las integrantes del Consejo de Administración de la institución, Soraya El Kik, nombrada por el oficialismo el año pasado, en el marco del descabezamiento de la conducción previa luego de que acordara pagarle un bono de 500 mil pesos a los trabajadores del hospital.

En cuanto al Posadas, el hospital más grande del país, ubicado en la localidad bonaerense de Morón pero bajo gestión nacional, cuyos residentes habían comenzado a plantear reclamos en sintonía con los de sus pares del Garrahan, en las últimas horas el Ministerio de Salud anunció el despido de 110 trabajadores en el marco de lo que el titular del área, Mario Lugones, definió como un “reordenamiento profundo de los hospitales nacionales” para avanzar hacia un sistema de salud público “eficiente, transparente y al servicio de los argentinos”. La cartera de salud remarcó que las cesantías se decidieron después de una serie de “auditorías internas y controles de asistencia”, por las que se comprobó que estos empleados “no cumplían con sus funciones o presentaban ausencias reiteradas injustificadas”. Fuentes del hospital explicaron que aún no se conoce la identidad de los presuntos despedidos porque no se le hizo llegar aún a la institución el listado de esas 110 personas.

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Por otro lado, en la Ciudad de Buenos Aires se desarrollando un paro por 48 horas votado por la Asamblea de Residentes y Concurrentes de CABA, que están llevando adelante los médicos concurrentes y residentes de los hospitales  dependientes del Gobierno porteño (el Garrahan es financiado en un 20% por Ciudad y el resto por Nación), que ayer movilizaron al Obelisco en reclamo de una “recomposición salarial urgente” y el pago de un “plus por las guardias realizadas”, entre otros planteos particulares. En ese marco también reclaman una audiencia de emergencia con el titular de la cartera sanitaria de CABA Fernán Quirós para presentarle el pliego de reivindicaciones.

En ese contexto, la presidenta del Consejo de Administración del Garrayan, Soraya El Kik, nombrada por el Ministerio en octubre del año pasado, presentó su renuncia argumentando motivos de salud. En su lugar, la cartera de Lugones designó a la pediatra Mariel Sánchez, que trabaja en la institución hace cerca de 30 años, quien pasará a dirigir el organismo que completan Roberto Dalmazzo, Jorge Menehem y Oscar Pérez. Más allá del planteo de cuestiones personales, en las últimas semanas se generó una fuerte incomodidad en el Consejo por la utilización de la cuenta oficial del Garrahan para difundir el comunicado sobre el refuerzo salarial que se le otorgó a los residentes en el marco de su reclamo paritario, siendo que ese canal estuvo históricamente reservado para información institucional y la difusión de un texto que incluía formulaciones como “casta de militantes y privilegiados” y “ñoquis” profundizó la crisis institucional del hospital, que ya lleva más de un año en conflicto.

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En ese contexto, además, el oficialismo anticipó que le pedirá a la Secretaría de Trabajo que dé por finalizada la Conciliación Obligatoria dictada la semana pasada ya que consideran como un “incumplimiento deliberado del sindicato ATE”, dada la adhesión a la medida de fuerza de concurrentes y residentes de CABA, por lo que se anticipan sanciones y descuentos de los días de paro. Desde ATE denunciaron que “ni el gobierno ni los directivos asistieron a la negociación convocada en la Secretaría de Trabajo”. Y concluyeron: “El gobierno de Milei y el Consejo de Administración volvieron a echar nafta al fuego del grave conflicto que atraviesa el Hospital Garrahan”.