Mileinomics: Déficit de balanza comercial, recesión, pérdida de empleos, informalidad laboral y caída del salario

Según un reciente informe del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA), el año 2024, primer año completo de la gestión de Javier Milei, cerró con una grave recesión económica que se manifestó en la producción, el consumo y la balanza comercial. El Producto Bruto Interno (PBI) del país cayó un 1,7%, dando cuenta del impacto negativo de estas políticas.

En ese marco, el consumo privado se desplomó un 4,2% (dando cuenta de la pérdida de poder adquisitivo de los salarios), la inversión descendió 17,4% (dato que no se logró revertir ni siquiera con planes como el RIGI, que garantizaba numerosos beneficios impositivos para inversores) y el gasto público retrocedió 3,2% (siendo los jubilados el sector que con los recortes de sus haberes explica principalmente ese retroceso).

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En el marco de crisis, el sector industrial no sólo vio el abandono del país de numerosas empresas multinacionales sino que sufrió miles de cierres de PyMEs y se confirmó que casi la mitad de las firmas pequeñas y medianas tienen problemas para pagar los salarios. Con la industria y el comercijo en crisis, y un plan de beneficios para el sector exportador (sobre todo agrupecuario, aunque en los últimos meses también al de minería, energía y combustibles), se fueron confirmando cambios estructurales de nuestra economía, cada vez más volcada a una reprimarización y a la pérdida de industrias que sumen valor agregado a los productos de exportación.

Este proceso obviamente tuvo una traducción dramática en el mercado laboral, en el que no sólo sufrieron despidos más de 40 mil trabajadores estatales, sino que se perdieron cientos de miles de puestos de trabajo en distintas áreas (más de 150 mil sólo en la construcción tras el fin de la obra pública), tanto de la producción como del comercio. Además, se multiplicaron los niveles de precariedad, que supera al 40% del mercado laboral, ya que buena parte de los pocos puestos de trabajo que se crearon fueron como monotributistas o directamente como trabajadores no registrados. Así, la desocupación pasó del 5,7% al 6,4%, entre fines de 2023 y de 2024.

La CATT denuncia que «la apertura indiscriminada a intereses extranjeros, pone en jaque la soberanía nacional, destruye la industria y amenaza gravemente el trabajo argentino”.

Pese al discurso oficial, los salarios nunca lograron recuperar los niveles de 2023, porque el gobierno sigue apostando a techos paritarios por debajo de la inflación para que operen como ancla antiinflacionaria. Así, en marzo de este año, el salario real registrado llegó a quedar 6,0% por detrás de noviembre de 2023. En un desglose, la pérdida de poder adquisitivo de los salarios de la administración pública fue aún más grave, registrando un retroceso de 15,1%. En el caso del Salario Mínimo, Vital y Móvil, durante el primer cuatrimestre de este año se confirmó que su poder de compra actual representa apenas el 68,6% del nivel de 2023.

En los últimos meses, además, la dinámica exportadora que se vivió durante 2024 (que creció 23,2% respecto del año previo) también está en crisis. Ya que un reciente estudio del Indec, en su informe de Intercambio Comercial Argentino (ICA), da cuenta de que en el primer cuatrimestre de este año el saldo superávit (diferencia entre exportaciones e importaciones) cayó 88,7% respecto del mismo período de 2024, con un aumento de exportaciones de entre un 2% y 3%, y un crecimiento de importaciones (por la política de eliminar restricciones y aranceles) que llega casi al 40%. Esto refleja no sólo un saldo negativo en el turismo sino también en el ingreso de bienes del extranjero, que profundizan la crisis de distintos sectores de la industria nacional.