En una conferencia de prensa encabezada por Héctor Daer, la Confederación General del Trabajo (CGT), resaltó que “la medida de fuerza fue aclamada por los 50 gremios”, que componen la central sindical, que también confirmó la decisión gremial de acompañar la protesta de los jubilados de este miércoles 9 y reiteró las críticas del movimiento obrero al Gobierno nacional de Javier Milei. Flanqueado por el resto del Consejo Directivo, Daer enfatizó: “estamos debatiendo con el Gobierno que no pueden existir precios libres y paritarias pisadas, acuerdos que no se homologuen y un ajuste sobre los sectores más vulnerables de la sociedad”. La Central, minimizó el hecho que el gremio de choferes de colectivos Unión Tranviarios Automotor (UTA), conducido por Roberto Fernández, decidiera no adherir a la medida de fuerza.
En un comunicado oficial, la CGT denunció que “todo el costo social esta recayendo sobre los trabajadores activos y pasivos, mientras que el sector financiero multiplicó obscenamente sus ganancias”. En ese marco, definido por “una visión sesgada de la realidad, mercantilista, monetarista y financiera”, se acrecienta la deuda social, se debilita el federalismo y se deterioran las economías regionales. Así, “el ansiado equilibrio fiscal -obtenido a través del desmantelamiento del Estado, de sus organismos de control, de sus empresas y del abandono de la obra pública- multiplicó el desequilibrio social”.
“Estamos frente a un gobierno que muestra insensibilidad ante los problemas de la gente. Ejecuta actos de represión salvaje e injustificada, viola permanentemente los acuerdos institucionales, desfinancia la educación y la salud, abandona la obra pública, manifiesta desprecio por las minorías, e impone límites a la negociación colectiva”, añadieron. Desde la central obrera recordaron que Argentina es “ejemplo en América de integración y movilidad social ascendente”, con un “desarrollo humano que fue modelo en la región”, pero hoy con el gobierno de Milei, tabien nuestro país es “ejemplo burdo de un fanatismo individualista y de una idea de libertad vacía, donde impera el sálvese quien pueda”.
El reclamo gremial concluye exigiendo “paritarias libres, homologación de todos los Convenios Colectivos de Trabajo, aumento de emergencia para todas las jubilaciones y pensiones, la actualización del bono y poner fin a la represión salvaje de la protesta social”. Además, “un incremento del presupuesto en educación y salud, un programa de desarrollo de la industria nacional que fortalezca al sector PyME, poner fin a los despidos tanto en el sector público como en el privado y un plan nacional de empleo”. Al mismo tiempo se rechazan las amenazas de privatización del Banco Nación, de Aerolíneas Argentinas y “de todos las empresas y organismos públicos amenazados” y se reclama una “política exterior convergente con los intereses nacionales, la defensa irrestricta del territorio y la reivindicación de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas”, repudiando “todo alineamiento automático con políticas y decisiones foráneas y los condicionamientos que impone el FMI a nuestro país”.