En el marco de las negociaciones paritarias de inicios de año, que en este año se ubican como las que confirmaron menores aumentos salariales desde las de 2021, gremios como la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y la Federación de Trabajadores de Industrias de la Alimentación (FTIA) vienen atravesando negociaciones complejas, sin poder cerrar acuerdos con las cámaras empresariales de cada sector y, en algunos pasos, con perspectivas de medidas de fuerza en el horizonte cercano.
Respecto de la UOM, la rama complicada es la siderúrgica (rama 21), cuyas negociaciones vienen empantanadas hace más de seis meses. La última ronda de negociación del gremio que encabeza Abél Furlán con representantes de la Cámara Argentina del Acero (CAA, liderada por el Grupo Techint), que se llevó adelante antes del fin de semana largo, volvió a fracasar, abriéndose una nueva instancia de cuarto intermedio y fijando un nuevo encuentro para el próximo 27 de marzo.
La última recomposición salarial para el sector siderúrgico se efectivizó en septiembre del año pasado, en un sector hoy no sólo golpeado por la evolución inflacionaria y la pérdida de poder adquisitivo de los salarios sino por masivas suspensiones y despidos en empresas centrales del sector como Acindar. Hoy el empresariado siderúrgico suma a sus argumentos previos de caída de las ventas y competencia desleal por parte de productores extranjeros (especialmente de China), la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de aplicar aranceles de hasta 25% para la producción de acero y aluminio de nuestro país.
En el caso de la FTIA, la Federación liderada por Héctor Morcillo rechazó la propuesta de la cámara empresarial Federación de Industrias de Productos Alimenticios y Afines (FIPAA) de aumento de 3% para el período enero-abril (aumento de 1% mensual), anticipando que decidirá en un plenario a realizarse en estas horas la posibilidad de lanzar medidas de fuerza en el corto plazo. La organización gremial anticipa que rechazará cualquier propuesta de recomposición que no se ubique al menos en el nivel de la inflación (que sólo para el mes de enero fue de 2,2%). El último acuerdo de la FTIA se firmó en el mes de septiembre del año pasado, acordando incrementos acumulativos del 4% para ese mes, de 3,4% para octubre, de 3,1% para noviembre y de 2,9% para diciembre.
Esta intransigencia empresarial se alinea totalmente con la política definida por el Gobierno nacional de Javier Milei por medio de la Secretaría de Trabajo de Julio Cordero, que ya anticipó que no está dispuesta a homologar acuerdos de aumento salarial que superen el 1,5% mensual, tendiendo hacia el 1% hacia mediados de año, una cifra que muchos gremios no están dispuestos a aceptar ya que convalidaría acuerdos paritarios claramente por debajo de la evolución de los precios.