Tras un cierre de año cargado de conciliaciones obligatorias, el sindicato de colectiveros con mayor caudal de afiliados, la UTA de Roberto Fernández, tiene un inicio de 2025, con muchas discusiones laborales sin resolver, tanto con la Federación de Transportadores de Automotor de Pasajeros (FATAP), como con la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, que encabeza Julio Cordero, bajo la órbita de la titular del Ministerio de Capital Humano, Sandra Pettovello.
De hecho, FATAP suele avanzar con reclamos que coinciden con la UTA, ya que en muchos casos, los fondos necesarios para acordar recomposiciones salariales, el pago a término de las obligaciones patronales, como la necesidad de renovar unidades o asegurar su mantenimiento en condiciones mínimas para su circulación y la protección de los trabajadores ante hechos de inseguridad; necesitan de aumentos presupuestarios de las arcas del Estado, lo que obliga a la actual administración de gobierno a definir el grado de importancia –para la provisión de fondos-, que se le da al funcionamiento del traslado de pasajeros.
La Fraternidad plantea que «se cansó de dialogar» y llama a otro paro ferroviario para el 1 de marzo
La discusión también se ata de manera directa, al camino que se trazó el gobierno libertario de continuar con el incremento del boleto -con todas las consecuencias contrarias que podría traer continuar este recorrido en un año electoral-, o de lo contrario, aumentar las erogaciones destinadas a subsidiar el transporte.
Paralelamente, en los últimos días Omar Maturano, titular de La Fraternidad, sindicato que nuclea a los conductores de trenes, llevó adelante una medida de fuerza, que incluyó un paro parcial de actividades, mientras el gremio realizaba un plenario en sede de la organización, para definir la estrategia de protestas que llevarán adelante, a fin de mejorar los ingresos salariales y las condiciones de empleo, resaltando el deterioro de la infraestructura de los ferrocarriles, con el permanente peligro que se generen nuevos “accidentes”, de los que los maquinistas de las formaciones, quieren dejar explícitas sus denuncias, evitando que luego sean señalados como responsables de cualquier siniestro que pueda producirse en las vías o en las estaciones de trenes.
Asimismo, la UTA, si bien pudo sortear el primer mes de este 2025, con el pago de salarios y aguinaldos demorados, sabe que la situación sigue muy tensa, ya que la propia patronal de la actividad también reclama paralelamente un flujo mayor de dinero, para el buen funcionamiento de las unidades.
En este sentido, la postura de Maturano de “tensar la cuerda” en las negociaciones- no sólo sosteniendo la acción gremial del 28 de enero, sino también, anunciando un nuevo paro, para el 1ro de marzo-, deriva en el debate interno del gremio que conduce Fernández, quien mantuvo coincidencias de acción sindical con su par de La Fraternidad, al punto de armar en conjunto, una propia central paralela del transporte.