En el marco de las crecientes tensiones que la Unión Industrial Argentina (UIA) sostiene con el Gobierno de Javier Milei, en particular en lo que hace a sus sectores vinculados a las pequeñas y medianas empresas, en las últimas horas se desató una fuerte puja interna, enfocada a una virtual “intervención” a la UIA Joven, una instancia con estatus de “comisión” que venía funcionando con plena autonomía pero que fue rebajada a “departamento” para evitar que dirigentes de este sector, más crítico con el Gobierno, lleguen a instancias directivas de la entidad industrialista.
Según la mayoría de las versiones, la intervención fue impulsada por el CEO de Techint Paolo Rocca y otros referentes del grupo empresarial, como Martín Rappallini, que desarticularon la agrupación juvenil, pensada como semillero para formar a las próximas generaciones de dirigentes de la UIA, pero que fue “reestructurada” desde arriba tras manifestar posiciones más críticas con el Gobierno. Así fue removida la presidenta de la ex comisión, Marysol Rodríguez, de Sinteplast, para reemplazarla por María Furtado, ex Techint y actual integrante de la Coordinadora de Productos de la industria Alimenticia (COPAL, organización de la que proviene el actual titular de la UIA Daniel Funes de Rioja, que será reemplazado en abril, muy probablemente por Rappallini).
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Algunos empresarios denuncian que con esta decisión del Comité Ejecutivo de la UIA se violó el estatuto de la entidad, buscando de paso bloquear la posibilidad de que asciendan referentes empresariales jóvenes más críticos con las políticas oficiales, en una UIA que actualmente, pese a las tensiones y a algunas declaraciones críticas con el Gobierno, continúa respaldando a Milei.
Algunos cargos en la nueva estructura le fueron ofrecidos a referentes de la previa UIA Joven, que hasta ahora actuaban con plena libertad y con un perfil muy propio dentro de la entidad, pero éstos los rechazaron, incluso anticipando la posibilidad de romper con la UIA para constituir una entidad empresarial diferente.
El análisis de algunos especialistas en las internas empresariales concluye en que en la puja interna “ganó la casta”, ratificando la línea de la entidad de alineamiento con el Gobierno, pese al fuerte impacto que sus políticas recesivas vienen teniendo sobre el sector de las pequeñas y medianas empresas.