A través de la modificación del programa “Vivir Mejor”, la administración libertaria anunció una fuerte reducción del beneficio de medicamentos gratuitos que se brinda para jubilados y pensionados a través de la Obra Social PAMI: Así todos aquellos beneficiarios, cuyos haberes superen los $ 388.500.-, un monto que implica estar por encima del 1,5% del ingreso de una jubilación mínima, deberán abonar sus remedios en las farmacias, con descuentos según cada caso, dependerán también del costo que tenga la medicina indicada para el tratamiento de las diferentes enfermedades crónicas.
Se interrumpe así, una ayuda social que se instrumentó para paliar los magros ingresos de los adultos mayores, a partir del mal funcionamiento del sistema previsional. Incluso quienes “califiquen” para seguir accediendo a la cobertura gratuita de la provisión de medicamentos, deberán realizar un trámite de inscripción con el objetivo de solicitar el “subsidio social”, para lo cual tampoco podrán estar afiliados a una prepaga, tener más de un inmueble, o un vehículo de menos de diez años, ni ser dueño de bienes de lujo.
En este sentido, el diputado del oficialismo, Julio Moreno Ovalla, se puso el traje de vocero del gobierno, al plantear que “no es para tanto, no creo que los jubilados se mueran si no toman un medicamento”, y sostuvo que “pueden tener parientes o personas que puedan ayudar”.
Asimismo, hasta aquí, no se conoció ningún posicionamiento oficial de funcionarios con diferentes responsabilidades en la conducción del PAMI, sino que exclusivamente se ajustaron a instrumentar la resolución, dando datos de a quienes alcanza la medida, siendo puntuales para que la medida se aplique con el inicio de diciembre, mes en que se conmemora la navidad.
Esta decisión puede poner en riesgo la salud de miles jubilados y pensionados, ya que incluso no existen expectativas que los precios de los medicamentos retrocedan, a pesar que una de las justificaciones de los aumentos interanuales por encima al 200% que argumentan los laboratorios, siempre ha sido el costo que implica para esta industria, sostener este tipo de beneficios para los sectores de menores recursos.
Papá Noel llega entonces este año, con el regalo de la pérdida de un nuevo derecho para colgar en el arbolito, mientras abuelas y abuelos sienten que otra vez los mandaron a cantarle a Gardel.