Continúa la recesión: Pérdida de empleos, precarización laboral y desplome de las ventas en supermercados

Aunque desde el Gobierno nacional insisten con el fin de la recesión, los datos económicos no confirman estos dichos. El impacto de la profunda recesión económica del primer semestre del año sigue pasando facturas. Así, aunque el mes pasado crecieron algunos sectores económicos más allá del agro y los hidrocarburos respecto de septiembre, en términos interanuales las cifras continúan siendo catastróficas, con caídas de la producción, el empleo y el consumo.

La consultora Audemus registra un retroceso económico interanual de 3,1%, pero en un desglose se destacan algunos sectores por su falta de recuperación: la construcción cayó 24%, las ventas mayoristas 15%, la producción de acero crudo 12,6% y producción de autos 10,7%, por ejemplo.

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En ese marco, una de las mayores preocupaciones tiene que ver con una importante caída del empleo registrado (acompañado por un aumento de monotributistas). Según los datos más recientes, ya hay once meses consecutivos de caída del empleo en el sector formal privado, habiéndose destruido 146 mil puestos de trabajo desde noviembre (sin contar los más de 36 mil empleos perdidos en el sector público). En sintonía, el montributo sumó a más de 101 mil aportantes en los últimos diez meses, lo que da cuenta de un muy significativo avance de la

Más allá de un primer repunte de las ventas minoristas en octubre, después de 10 meses de caída, según el informe de CAME, la dinámica no se replica en todos los sectores. Las cadenas de supermercados no mostraron recuperación y se dirigen a una medición interanual con récod de desplome de la actividad.

De acuerdo a datos de la consultora Scentia, en septiembre las ventas en las grandes cadenas cayeron un 21,2% interanual, cifra que llega al 22,3% en lo que hace al consumo masivo en su conjunto. Todavía se están procesando los datos de octubre, pero ya anticipan que la comparación interanual “va a ser la peor del año”.

Este desplome tiene que ver sobre todo con la caída del poder adquisitivo de los salarios, que siguen por detrás de la evolución inflacionaria del año y, además, con el cambio de la proporcionalidad del impacto de las tarifas, alquileres y demás gastos fijos (cuotas de escuela, prepagas, etc.), que gracias a la desregulación impulsada por el Gobierno de Javier Milei pasaron a insumir porciones del ingreso mucho más significativas.