Durante el encuentro del llamado Grupo de los Seis, compuesto por las autoridades de la Unión Industrial Argentina (UIA), la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA), la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la Cámara Argentina de Comercio (CAC) y la Sociedad Rural Argentina, con el jefe de gabinete Guillermo Francos, donde se discutieron la instrumentación de una reforma laboral más amplia en favor de los sectores patronales y una legislación que condene métodos de protesta sindical, como huelgas con presencia en los puestos de empleo; fueron los propios representantes de las industrias de mayores rentabilidades, quienes puntualizaron la necesidad de flexibilizar los convenios laborales para «aumentar la contratación de empleados».
En boca de las empresas estas reformas son denominadas como «generar competitividad» y «bajar costos laborales». El propio titular de la UIA, Funes de Rioja, apuntó a disminuir «los costos logísticos», los aportes patronales destinados a la contención de los derechos laborales como la estabilidad del trabajo, y las indemnizaciones por despido.
Esta discusión se da en el marco de decenas de negociaciones paritarias no resueltas, a partir de una brutal caída del poder adquisitivo salarial y una masiva baja en las distintas actividades a niveles récords del sistema productivo nacional, ya sea en ámbitos públicos o privados, tanto en el área de comercio, como de servicios y de la actividad industrial.