Lejos de las promesas oficiales de recuperación, todos los datos macro y microeconómico confirman un panorama de profunda recesión, con caída de producción, ventas y empleo. Un reciente informe del Grupo de Estudios de la Realidad Económica y Social Pablo Barousse (GERES) indica que el Producto Bruto Interno (PBI) nacional cayó a niveles de 2010 y, en términos per cápita, a valores de 2006, mostrando los peores indicadores en casi dos décadas.
Además del dato sobre el PBI, el estudio de GERES aporta otros datos para confirmar la recesión generalizada, incluyendo el acumulado entre enero y mayo del Estimador mensual de actividad económica (EMAE) que elabora el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) registró una caída del 2,9% en términos interanuales (aunque si se descuenta el aporte del sector agropecuario, que pegó un salto importante en comparación con el previo año de sequía, la caída llega al 5,9%).
En este sentido, se detalla: “El fuerte aumento del agro obedece a la recuperación de la cosecha gruesa, luego de la catastrófica sequía de 2023 (este sector alcanza su mayor ponderación en el PIB en el segundo trimestre). Por el contrario, la construcción (-21,2%), la industria (-14,2%) y el comercio (-10,1%) son los sectores más afectados en este contexto híper recesivo. En lo que hace a la evolución más reciente, el EMAE registró en mayo una suba de 2,3% i.a. Nuevamente, sin contar el efecto del agro, que creció 103,3%, el EMAE sin agro disminuyó 5,4%”.
En un análisis desde la demanda, durante el primer trimestre de este año el consumo privado cayó un 6,7%, el público un 5,0% y la formación bruta de capital fijo (inversión) un impactante 23,4% (todo en términos interanuales). Desde GERES explican: “Los indicadores referidos al consumo y a la inversión disponibles para los meses posteriores evidencian una continuidad de esta dinámica bajista. Por otro lado, las cantidades exportadas de bienes y servicios subieron 26,1% mientras que las importadas se redujeron 20,1%”.
La producción industrial cayó un 14,8% en el quinto mes del año, acumulando un retroceso de 15,2% interanual en el período enero-mayo. Un desglose sectorial muestra rubros que superan ampliamente el promedio, como es el caso de aparatos del hogar e instrumentos (-34,8%), muebles y otros (-33,3%), maquinaria y equipo (-31,2%), productos minerales no metálicos (-27,9%), metálicas básicas (-24,2%), industria siderúrgica (-34,2%). Rubros tradicionalmente más inelásticos también registraron bajas, como es el caso de alimentos y bebidas (7,7%). La producción industrial PYME cayó un 20,4% i.a. en junio (acumulando una baja de 19,2% interanual). La venta de combustibles al público también registró el volumen total más bajo de los últimos 34 años. En términos promedio, la utilización de capacidad instalada de la industria alcanza al 55,8% en enero-mayo, con un 56,8% en el quinto mes del año, la cifra más baja desde la pandemia.
Consecuentemente, el desplome del poder adquisitivo de salarios, jubilaciones y otros ingresos repercutió en un fuerte retroceso del consumo masivo. Según un informe de CAME, las ventas en comercios minoristas retrocedieron en junio un 17,2% en comparación con el mismo mes de 2023. También cayeron fuertemente las ventas en supermercados, autoservicios mayoristas y centros de compras y la recaudación de IVA DGI, que cayó un 12,7% en términos reales el sexto mes del año.