Desde la Asociación del Personal Jerárquico del Gas (APJ Gas) denunciaron que la crisis de desabastecimiento de gas natural que está atravesando hoy nuestro país, que se tradujo en cortes para estaciones de GNC, generadoras eléctricas e industrias, “tiene origen en la visión que tiene el gobierno del negocio”, privilegiando las lógicas del “libre mercado” por sobre una concepción de servicio público.
El gremio encabezado por Rubén Ruiz remarcó que la decisión del Gobierno de Javier Milei de ajustar el gasto público “sin elaborar un orden de prioridades” afectó la terminación de los trabajos en las plantas compresoras de Tratayen y Salliqueló en el Gasoducto Néstor Kirchner (GNK), lo que implica una pérdida de transporte de gas natural de 11/12 millones de m3/día y también atrasó el gasoducto Mercedes-Cardales.
En el mismo sentido, se puntualizó que “el desmantelamiento paulatino de Cammesa y su desafectación del manejo del GNK (tramo 1), el gas importado de Bolivia y el gas contratado de los barcos en Escobar (15% del gas natural a transportar) a manos de Enarsa impide un manejo integral y unificado de las herramientas existentes para hacer frente a los momentos de crisis”.
Luego, se enfatizó que la decisión oficial de contratar 10 barcos de Gas Natural Licuado (GNL) en lugar de 20 para hacer frente a la temporada de frío ya “está pasando su factura”, en tanto el frío sostenido se adelantó, los barcos aún no están y el Estado tuvo que salir de urgencia a comprar “200.000 toneladas de fuel oil y 350.000 m3 de gas oil por un monto de USD 500 millones de dólares no trasladable a la factura de gas”.
Además, APJ Gas denunció que desde el oficialismo “presionaron a las distribuidoras de gas natural para que compraran el gas de los barcos al precio contratado (USD 12 cada 27 m/3) y que lo vendieran a 4 USD”. Las distribuidoras se negaron a ello, la licitación quedó desierta, se atrasó el proceso de compra-venta y, finalmente, el Estado tuvo que aceptar hacerse cargo de la diferencia vía nuevos subsidios.
En otro orden de cosas, el gremio recordó que la demora en el proceso licitatorio del GNK 2 “que aportaría otros 20/22 millones de m/3 por día” es un dato no menor ya que esta obra “habilitaría gas natural para el consumo de generadoras y residenciales de la zona central del país”. “Recordemos que el primer tramo del GNK se realizó en tiempo récord con financiación proveniente del impuesto a la riqueza que este gobierno no está dispuesto a reeditar”, añadió.
Finalmente, el proceso de ejecución las obras de reversión del gasoducto norte también se atrasaron “porque estuvo en discusión el estilo de financiamiento, a pesar que el BND brasilero ya acordó un préstamo equivalente al 75% del costo de la obra y porque existen demoras en los pagos previstos con empresas que comenzaron los trabajos”. En este sentido, se explicó que además “la reversión actual es una versión minimizada de la original y permitirá utilizar solo los motocompresores de las cuatro plantas en cuestión y no sus turbinas”.
“El manejo eficaz o deficiente de los servicios públicos siempre es parte de una planificación integral con el resto de la economía. Cuando se fragmenta su uso y disponibilidad a la libre decisión del mercado no puede sorprender que ocurran estas situaciones. Ganar plata no es lo mismo que privilegiar el servicio público de una Nación con un pueblo usuario que paga rigurosamente sus facturas (el índice de morosidad es menor al 5%). Los intereses crujen y se develan con total crudeza”, concluyeron desde APJ Gas.