Ese número marca una reducción del desempleo de 3,2% respecto del mismo trimestre del año pasado, donde se registraba en el 10,2%. Ese dato iría en línea con la recuperación de la actividad económica y el mercado interno, pero hay otro punto que enciende alarmas: dentro del grupo de los trabajadores, casi un 36% se encuentran en la informalidad.
Estos datos del mercado de trabajo van en línea con la recuperación de la actividad económica y el mercado interno pero al mismo tiempo dejan al “desnudo” sus falencias.
Los datos del informe del Indec muestran que unos 5,9 millones de personas trabajan en blanco (con aportes jubilatorios), mientras que 3,3 millones de individuos se encuentran en condiciones de informalidad (sin aportes previsionales).
Cuando se revisan las tendencias del último año, la tasa de informalidad laboral representó al 35,9% de los asalariados en el primer trimestre de 2022, una cifra que era de 32,4% en igual período del año pasado. En ese momento la pandemia todavía tenía impacto sobre el mercado interno, con restricciones que todavía alcanzaban a algunos segmentos de actividad.
Pero la inflación y la incapacidad para recomponer la capacidad de compra de los salarios y golpea en mayor medida a los segmentos informales y vulnerables, lo que hace que pese a que baja la tasa de desempleo, no haya demasiadas cosas para celebrar.
A pesar de los problemas, reconocidos por la Confederación General de los Trabajadores, desde la organización destacaron los datos positivos del mercado de trabajo que dejó a las claras el INDEC donde estableció una tasa de empleo en crecimiento con un 1,7% y la evolución del empleo por rama que destaca el crecimiento de 8 de las 12 ramas estudiadas. Por ejemplo en la industria hubo una expansión de 173 mil puestos de trabajo, 140 mil en transporte y 118 mil en enseñanza.
Considerando puntualmente esta población activa, unos 12,6 millones de personas cuentan con empleo y 943 mil individuos se encuentran desocupados. Otros 3,3 millones entran en la categoría de no asalariados al trabajar por cuenta propia, ser patrón o trabajador familiar sin remuneración. Esto muestra la proporción de personas ocupadas más elevada desde el año 2004.
Y por último también se detecta una participación mayor de las mujeres en el mercado laboral, reduciendo la brecha con hombres al 27%, la más baja desde hace casi 20 años y teniendo el menor porcentaje de desempleo femenino -8,3%-, desde entonces.