Con la convulsionada salida de Matías Kulfas del Ministerio de la Producción producto de los cuestionamientos cruzados en torno a la obra de infraestructura más grande que está presupuestada en obras públicas -el gasoducto Néstor Kirchner-, se acelera un debate sobre la necesidad de dar mayor envergadura al sector energético en el país, algo que ocupa un lugar central en la agenda desde el inicio de la guerra Rusia-Ucrania donde la escasez de gas y petróleo hacen necesario el autoabastecimiento y la exportación de la energía.
Argentina tendría esa posibilidad desde hace tiempo, sostiene una parte del gobierno. Pero la responsabilidad de que eso aún no ocurra sería una cadena de responsabilidades desde varias gestiones atrás.
De hecho, la obra del gasoducto en cuestión iba a ser construida bajo la modalidad de capitales público privados, durante la gestión macrista. Pero la pérdida de las elecciones internas en 2017 demoró la licitación y hubo luego varias postergaciones que hicieron que se llegara al 2019, año en que hubo que entregar el gobierno a otro color político, sin intención de acelerar la obra, según revelan fuentes cercanas, para que el usufructo no se lo llevara el peronismo.
La pandemia sacó el gasoducto de escena y acá estamos. Aunque cueste, podemos entender de alguna manera el problema de naturaleza política, pero nunca justificar el estancamiento de una obra que podría tener enormes alcances macroeconómicos en una economía desbastada.
De ahí la posibilidad de inaugurar un flamante ministerio de Energía. Esto implicaría la separación del área correspondiente que, hasta ahora, dependía de la cartera de Economía, y previamente estaba en la cartera de Producción. Así se busca darle vida propia, para que de una vez por todas, la obra recién licitada pueda acelerar los tiempos y dar los resultados que nuestro país en un escenario de guerra necesita: abastecerse y exportar.
En el Gobierno confirman que éste diseño está en carpeta desde hace tiempo y que podría dar sentido a la intención de impulsar una verdadera política energética nacional, necesaria para poder también el compromiso del presidente Alberto Fernández, quien en Europa presentó a la Argentina como futura proveedora de materias primas y, sobre todo, uno de los referentes en la venta al exterior de gas y petróleo.
En esa línea, la empresa estatal, Energética Argentina, realizó el pasado viernes, el llamado a licitación pública para la construcción del gasoducto Presidente Néstor Kirchner, una obra estratégica que permitirá ampliar en un 25% la capacidad del sistema de transporte de gas natural y ayudará a desarrollar la producción creciente en Vaca Muerta.
Este megacaño tendrá una extensión de 563 kilómetros entre la localidad neuquina de Tratayén y Salliqueló en el oeste de la provincia de Buenos Aires, atravesando Río Negro y La Pampa e incluye obras complementarias como el gasoducto Mercedes-Cardales.
Esta obra, que se financiará en parte gracias al aporte solidario a las grandes fortunas, se encuadra dentro de las acciones para el logro de los objetivos propuestos en el marco del Decreto 76/2022 como son la provisión de cañerías, estudios de impacto ambiental y procesos para adquisición de bienes complementarios para la puesta en marcha del gasoducto.
En este marco, diputados de Juntos por el Cambio denunciaron penalmente a Agustín Gerez, presidente de Integración Energética Argentina S.A. (IEASA), y a quienes intervinieron en la licitación pública para el gasoducto Néstor Kirchner para saber si se benefició exclusivamente a la empresa Techint.
La denuncia penal se da en el marco de la renuncia de Matías Kulfas del Ministerio de Producción luego de que desde esa cartera se difundiese entre un grupo de periodistas información en «off the record» planteando críticas a funcionarios de la secretaría de Energía, que responden a Cristina Kirchner.
Unanimidad del empresariado para recibir a Scioli y aceptación en el sindicalismo – Estado de Alerta
En todo este escenario es que avanza la posibilidad de que una nueva cartera se ocupe exclusivamente de los temas energéticos de la Argentina, en paralelo que Daniel Scioli reemplaza al destituido ministro de la producción.