La escalada de precios de las materias primas que provocó la invasión rusa a Ucrania podría agregar todavía más inflación a la canasta de alimentos de la Argentina. Por ese motivo, desde la Secretaría de Comercio Interior, buscan en forma “urgente”, encontrar alternativas para “desacoplar” los precios internacionales de la “mesa de los argentinos”.
Esta suba de las materias primas tiene, sin embargo, dos caras. Por un lado genera una mayor presión sobre los precios locales, pero al mismo tiempo representaría una fuente adicional de ingreso de divisas. La soja, por ejemplo se mantiene arriba de los USD 600, por lo que la liquidación de las cerealeras traerá un fuerte ingreso adicional de dólares a partir de abril.
El trigo subió más de 5% y ya acumula más de 50% de aumento en los últimos seis meses. A USD 340 la tonelada, llegó al valor más alto de los últimos nueve años y medio. Entre Rusia y Ucrania representan el 29% de la oferta global, explicando por qué se produjo semejante ajuste.
Habida cuenta que la Argentina es país exportador de trigo, el aumento internacional podría impactar en el precio de la harina, con impacto en las pastas y el pan. El Gobierno insiste con armar un fideicomiso similar al que ya rige para el sector aceitero. El objetivo es que al menos parcialmente el valor local de la bolsa de harina sea en parte subsidiado por los exportadores. El sector agropecuario, sin embargo, ya manifestó su rechazo a esta posible solución.
El incremento del maíz, también podría repercutir en los precios de la canasta básica. Al tratarse del principal alimento del ganado, existe un alto riesgo de traslado al precio de la carne y también de la leche. Por eso también se planteó un fideicomiso similar para este producto. Ucrania es el quinto exportador mundial y representa el 16% del mercado, lo que explica por qué se produjo la disparada de los precios.
El conflicto bélico hace temer por el abastecimiento de estos productos a nivel internacional. Algo parecido sucede con el barril de petróleo, lo cual también genera un impacto global en los precios.
En éste caso, el encarecimiento de la energía será un obstáculo para la economía argentina por partida doble. En primer lugar, porque el valor del combustible en surtidores está atrasado en relación a los precios internacionales. Este mes YPF aumentó 9% los precios, pero fue insuficiente para evitar el impacto tanto del encarecimiento del barril de petróleo como la suba del tipo de cambio oficial. Por lo tanto, se vienen nuevos aumentos que tendrán impacto sobre la inflación.
Al mismo tiempo, la economía precisará importar gas en los meses de invierno, lo que también generará un impacto negativo en la balanza comercial. Como Rusia es uno de los grandes proveedores de gas a nivel internacional, particularmente en Europa, el ajuste de los precios resultó significativo en las últimas semanas. Esto significa que el Gobierno deberá usar muchos más dólares que lo previsto para asegurarse la provisión.
El Gobierno pareció cambiar en su postura diplomática, condenó el ataque y llamó a todos los argentinos habitantes en Ucrania a retirarse del territorio, pero más allá de eso existe la preocupación económica por las secuelas que el conflicto pueda acarrear. La condena también fue desde otros organismos como la Confederación General del Trabajo que se expresaron públicamente en favor de la paz.
La @CGTArgOficial expresó su "firme rechazo" a la invasión rusa sobre el "territorio soberano" de Ucrania, pidió un "cese inmediato de las acciones bélicas" y rescató el mandato de la ONU de "convivencia pacífica y de cooperación entre los
miembros de la comunidad internacional". pic.twitter.com/wcxZBx0IVL— Estado de Alerta (@EstadoDAlerta) February 24, 2022