Con datos poco alentadores en las encuestas y en un complejo escenario económico de inflación creciente para los próximos meses y salarios devaluados, con suba de dólar, el Gobierno recurre a una figura más fuerte, Roberto Feletti, en el intento de frenar los precios de alimentos, que son los que más suben y afectan a las clases más vulnerables.
El aumento de dinero circulante, producto de la nueva batería de medidas post electorales para inyectar mayor consumo, también presiona sobre la inflación, pronosticada en un 3% de aquí a fin de año y a esa cuestión es necesario atenderla de inmediato con un “un carácter más fuerte” para resistir embates tanto internos como externos.
Feletti está acostumbrado a dar esa pelea, lo hizo ya durante el gobierno de Cristina, cuando era el segundo de Amado Boudou y volverá a la carga estos días, pese al encono de los empresarios, que arrastrarán la responsabilidad por la suba de precios, la tengan o no.
Según versiones surgidas del mismo Gobierno, este cambio sorpresivo durante el fin de semana extra large, no es independiente de una fuerte embestida contra el ministro de Producción, Matías Kulfas y contra el titular de la cartera económica, Martín Guzmán, quien avanza en las negociaciones con el FMI, otra arista clave para acompañar la reactivación, que Alberto Fernández acompaña.
Pero la Economía va de la mano de la política y la incertidumbre reinante respecto a la continuidad de la Coalición de Gobierno y a la reelección de Fernández, plantea un escenario que genera poca confianza a la hora de delinear políticas públicas para los próximos dos años y de estabilizar la economía.
En este escenario, el flamante secretario de Comercio Interior deberá mostrar “mano firme” en el mes que queda para los comicios en cuanto a “controles de precios mucho más duros, cepos, costos y margen de ganancias de las empresas”. Para lograrlo aseveró que “hay que convocar a los empresarios, productores, comercializadores y hacer un acuerdo racional, donde donde se respete la posibilidad de expandir la producción y el consumo”. Criticó a los empresarios que “se victimizan” y advirtió que “bajar el costo de la canasta básica es un desafío”.
En ese sentido destacó “el acceso a energía y a alimentos tiene que ser una cosa garantida”. Lo ideal es “que sea garantido de consenso” y para ello habló de una “fiscalización de precios que debe ser “territorial”. Opinó que esa tarea debe hacerse en acuerdo con intendentes, sindicatos y organizaciones sociales. “Lo ideal, y si se llega a un acuerdo de precios, es que ese acuerdo se respete. Y que todos tengamos abastecimiento a esos precios. Que se vaya monitoreando en función de las necesidades de inversión”, indicó y recalcó: “No es normal que alguien sobre un bien de consumo esencial fije el precio que quiere, la cantidad que quiere, y el que puede lo compra y el que no, que se arregle”, finalizó, previo al lanzamiento de nuevas medidas que se darán a conocer en las próximas horas.