Pese al aumento de casos de Coronavirus por la variante delta, pero con baja tasa de internaciones y letalidad, Reino Unido mantuvo la decisión de levantar todas las restricciones por la pandemia a partir del 19 de julio. Un día que se denominó «freedom day» y que, esperan las autoridades, consolide la recuperación económica.
De este modo, en territorio británico ya no es obligatorio el uso de barbijos en interiores, no hay aforos ni horarios reducidos ni limitaciones de reuniones sociales y el ocio nocturno, así como otros sectores largamente suspendidos, pueden volver a la actividad.
Consultado por esta jornada, el primer ministro, Boris Johnson dijo que confía en que las vacunas palien los síntomas graves, las hospitalizaciones y las muertes, a pesar de que los positivos sean elevados. Algo de razón posee ya que la cifra de fallecidos cayó drásticamente: este 18 de julio, se registraron 47.848 nuevos casos y 28 muertes, lejos del pico de 1.800 que las autoridades británicas reportaron en jornadas de enero.
Para la Asociación Médica Británica (BMA) todavía persisten dudas y mencionó que “es irresponsable, y francamente peligroso, que el Gobierno haya decidido seguir adelante con los planes para levantar las restricciones restantes del coronavirus el 19 de julio».
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«El Gobierno está incumpliendo su propia promesa de guiarse por los datos y el impacto en el NHS (sistema de salud pública)», agregó. Además, el presidente de la BMA, Chaand Nagpaul, subrayó que los médicos no aceptan que no haya un buen momento para aliviar más las restricciones, como lo expresó el lunes el ministro de Salud Sajid Javid.
«Hemos tenido claro que cualquier relajación debe depender de que la inmensa mayoría de la población esté completamente vacunada, lo que garantiza que reciba la máxima protección y que se traduzca en el control de nuevos casos», afirmó.