El cónclave entre el Gobierno y los empresarios contó con ausencias llamativas, de hombres de los negocios que son claves en la formación de precios, como Alfredo Coto, Luis Pagani, Paolo Rocca y Miguel Acevedo.
Desde los entornos de los ejecutivos indicaron que algunos están de vacaciones y otros son mayores de edad, población de riesgo ante la pandemia. Pero lo cierto es que no se sentaron a discutir qué sucede con los valores de sus productos para que la Casa Rosada contenga la inflación.
En el caso particular de Alfredo Coto, es quien posee la cadena de consumo más grande del país. Además su emprendimiento elabora distintos alimentos (de marca Coto) y tiene un frigorífico, por lo cual es clave en la conformación de valores, que suben sin parar desde hace dos meses.
Pagani no se queda atrás: con Arcos controla la mayor empresa de alimentos de la Argentina y la fabricante de caramelos duros número uno del mundo. La firma cuenta con más de 40 plantas industriales y emplea a 20.000 empleados. Su facturación en 2019, año de caída económica del país, fue de US$2500 millones.
El otro que pegó el faltazo en la reunión oficial fue Miguel Acevedo, representante de la UIA y Aceitera General Deheza, Molinos Río de la Plata y Molinos Cañuelas, que tiene fuerte presencia en el mercado local de aceites comestibles. Un empresario clave en el rubro, que reclama que baje la presión impositiva en este contexto pero que se encuentra cruzado por las acusaciones de falta de liquidación de los dólares de las exportaciones.
Por último, figura Paolo Rocca, CEO de Techint, imputado en la causa «cuadernos de la corrupción» y dedicado a la producción de acero, con fábricas en todo el mundo y obras en distintos puntos del país. Además, produce acero para las áreas de petroquímicos, refinería, minería, plantas industriales, de tratamiento de aguas, tuberías. Y cuenta con negocios en rubros como telecomunicaciones, rutas, autopistas.
Rocca maneja engranajes claves en la economía doméstica y es uno de los hombres más ricos del país, que quedó marcado por despedir a más de 1500 trabajadores en medio de la pandemia. Su ausencia para discutir un marco de previsibilidad de precios y salarios fue por demás llamativa.
No obstante, la Casa Rosada no pierde las esperanzas de llegar a un gran entendimiento para que los precios no sigan subiendo. Para Martín Guzmán, «el pilar central de la política macroeconómica es el Presupuesto» que prevé reducir el déficit primario al 4,5% del PBI (un ajuste importante con respecto al gasto en el 2020). Por otro lado, mantuvo que su pauta inflacionaria ronda el 30%.
En ésta segunda reunión –el día anterior fue el turno de los gremios- el Gobierno pidió «un diálogo franco» y un pacto sostenible para el que se acordó abrir los costos para analizar cadenas de valor y la raíz de los aumentos.
Se destacó a lo largo del encuentro una clara posición que apunte a fortalecer el consumo interno y se recalcó que el pacto es de corte político y extendido en el tiempo, para buscar soluciones de fondo a la tensión inflacionaria.