La reunión entre el equipo económico y los empresarios en busca de un acuerdo de precios y salarios duró más de dos horas y hubo buena recepción ante el plan estratégico del ministro Martín Guzmán, quien insiste en llevar a la “economía doméstica” los números que están plasmados en el Ejercicio financiero planteado para éste año.
Si bien, un rato después, el 4% de inflación que arrojó el INDEC sobre la inflación de enero, desmoronó en parte las expectativas a futuro por parte de ambos actores, lo cierto es que del éxito de éstos acuerdos políticos depende que esos números tiendan a la baja y se logre finalmente alcanzar ese 29% de inflación anual que se pretende.
En ésta segunda reunión –el día anterior fue el turno de los gremios- el Gobierno pidió «un diálogo franco» y un pacto sostenible para el que se acordó abrir los costos para analizar cadenas de valor y la raíz de los aumentos.
Se destacó a lo largo del encuentro una clara posición que apunte a fortalecer el consumo interno y se recalcó que el pacto es de corte político y extendido en el tiempo, para buscar soluciones de fondo a la tensión inflacionaria.
Al mismo tiempo, el Gobierno hizo un pedido de juego limpio con los precios, y se acordó un blanqueo de las estructuras de costos para atacar la raíz del problema inflacionario.
Por todo ese “combo” de pautas que intentan dar certidumbre a la economía por los próximos años, es que el ministro platense recibió aplausos que le hicieron saber que si bien, el empresariado desconfía de los resultados que las políticas puedan tener en Argentina, confían en su predisposición para ordenar los números de la Argentina.
Luego señalaron que los aplausos no se debieron a que estén de acuerdo en todo pero el ministro de Economía «expuso las cosas con mucha calma, de una manera muy profesional y un estilo bastante diferente a otro tipo de presentación que uno ha visto en la cartera económica», remarcaron.
Guzmán expuso sobre la situación económica y dejó algunas definiciones claves para como que para la “recuperación de la economía es una condición necesaria que el salario real crezca». Para esto, consideró clave que «la coordinación de expectativas vaya en una reducción de la inflación que macroeconómicamente es factible junto a un aumento sostenible y posible del salario real», una de las principales definiciones que sentó las bases del acuerdo que continuará en próximas rondas y reuniones.