El ministro de Economía de Néstor Kirchner, Roberto Lavagna apareció en escena, luego de varios meses, con una propuesta de plan económico para la postpandemia que incluye una reforma laboral, lo que encendió alarmas en el mundo del sindicalismo.
Si bien el economista genera confianza y es reconocido como uno de los artífices del despegue de la crisis del 2001-2002, comienza a inquietar la posibilidad de reformas laborales que puedan implicar “algún ajuste”.
La propuesta de Lavagna en cuanto a la reforma laboral no es nueva. Fue una de sus banderas de campaña el año pasado y uno de los puntos que le generó quita de apoyos en el sindicalismo, sobre todo con los gremios más combativos.
Presionado el Gobierno en acelerar “un plan económico”, el líder de Consenso Federal habría presentado el suyo denominado “Pilares de un programa de crecimiento con inclusión”, en el que propuso un plan de reactivación y desarrollo con especial énfasis en el mundo del trabajo.
El programa de reactivación que hizo público a través de su cuenta de Twitter, apunta también a liberar fuerzas productivas y creatividad social en el caso de la inversión, cuestión que ha venido charlando con el presidente Alberto Fernández en algunos almuerzos privados y a solas.
El núcleo de la presentación ronda en la creación de trabajo privado, que según marcó necesita de la convivencia de dos sistemas: el que hoy emplea al 49,5% de los asalariados, y debe ser respetado integralmente por el principio de los derechos adquiridos y uno nuevo, en blanco, que responda a los cambios educativos, tecnológicos y productivos, y permita emplear al otro 50%, hoy los que están fuera del sistema.
Propone también un fondo de desempleo con la idea de imitar «el sistema que rige en la industria de la Construcción donde está vigente por convenio un fondo de cese laboral y para este caso no corre la doble indemnización que rige por decreto presidencial. El fondo de desempleo en la construcción funciona de la siguiente manera: el empleador deposita el 12% del salario mensualmente en el fondo durante el primer año de la relación laboral y el 8% a partir del segundo año. El dinero se deposita en una cuenta bancaria que genera intereses para el trabajador y son inembargables.
Este es un aporte al Debate sobre #Crecimiento e #Inclusión en #Argentina https://t.co/hKXkFJYwQt
— Roberto Lavagna (@RLavagna) August 11, 2020
También habló de dos momentos: “el primero, que empieza a recorrerse, será un momento de normalización y recuperación. La sola reapertura y vuelta al trabajo permitirá durante algunos meses que aumenten la producción y el consumo”, aseguró.
Plantea la necesidad de políticas públicas económico-sociales que apunten de lleno a un esquema de crecimiento para la reactivación. En ese marco, sostuvo que dos factores son esenciales. El primero tiene que ver con la creación de trabajo en el sector privado y el segundo con impulsar inversiones privadas, a la par de inversiones públicas en infraestructura física y educativa.
Para lograr inversiones consideró clave bajar el costo impositivo, lo que implica una reforma impositiva, contar con reglas claras, aumentar el consumo y contar con un tipo de cambio real que impulse exportaciones y permita el ingreso de dólares.