Aunque aún no se comunicó masivamente, ya es un hecho el traslado del acto eleccionario de la central obrera al año próximo. Tiene que ver con una prohibición del Ministerio de Trabajo para realizar cualquier tipo de asamblea o elección sindical –en principio- antes septiembre, en vistas a evitar la aglomeración de gente en medio de la pandemia de Covid19.
Es lo mismo que decir, que, los mandatos que tenían vigencia hasta agosto de éste año, se postergarán hasta el año próximo; cuestión que también se dio por sentada en el último encuentro de un puñado de dirigentes cegetistas. De lo que surge que la dupla de Héctor Daer, (Sanidad) y Carlos Acuña (Estacioneros) continuarán al frente de la central hasta marzo 2021.
Serán los mismos secretarios generales los que permanecerán al frente de Azopardo hasta pasado el tercer mes seguramente, tiempo necesario para que se puedan armar los padrones, organizar el comicio y llamar al Comité Central Confederal, tribunal que debe habilitar la elección.
La situación se da en un momento, donde la sintonía política de Daer con Alberto Fernández y la de Acuña con Sergio Massa, facilita gestiones en un momento crítico dentro del ámbito laboral, donde se necesitarán acuerdos mutuos y permanentes como ya lo vienen haciendo respecto a la prohibición de los despidos y a la doble indemnización.
El único ruido se percibe hacia un sector del moyanismo, esperanzado con la vuelta a la sede de Azopardo, pero que, excusado por la pandemia estrechará sus vínculos directos con el poder, sin necesidad de mediar a través de la Confederación General del Trabajo, a la que ha criticado duramente en varias oportunidades, últimamente por el acuerdo para rebajas salariales del 25% a aquellos trabajadores que producto de la pandemia permanecen en sus casas sin poder desarrollar su actividad.
La posible vuelta a un “unicato” siempre sobrevuela a los dirigentes de la confederación, pero de momento, no hay un liderazgo detrás del cual se puedan alinear las distintas vertientes. Otra posibilidad es la vuelta a un triunvirato como supo ser cuanto integraba la cúpula el titular de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmid.
Al momento, parecen muy lejanas esas posibilidades y lo único cierto es que el actual binomio seguirá por varios meses más, haciendo frente a una crisis económica y productiva sin precedentes, con una pérdida del PBI proyectada en un 6,7%, con un incremento de la pobreza que podría llegar al 55% y la pérdida de miles de puestos de trabajo, hoy sostenidos por distintas herramientas estatales que salieron en salvataje del sector formal e informal.