Comerciantes de Mar del Plata le pidieron al intendente, Guillermo Montenegro, la posibilidad de volver a la actividad con una «apertura simbólica», en la cual abrieron sus locales, aplaudieron e hicieron sonar bocinas y cacerolas.
Con el virus controlado, indican los emprendendores, no ven por qué no existe el permiso para ser exceptuados del aislamiento social, preventivo y obligatorio. Por otro lado, necesitan trabajar para poder pagar cuentas y anticipan que si la situación se prolonga, quebrarán.
Viviana, una comerciante marplatense indicó que piensan volver a la actividad «con todas las medidas de seguridad” si el jefe comunal otorga el permiso. Además, argumenta que las ventas telefónicas o por internet no alcanzan para sostener los rubros. Vale recalcar que Mar del Plata tuvo 31 casos de COVID-19 pero hace semanas que no registra ningún positivo, por lo que las autoridades municipales descartan que haya circulación comunitaria.
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“Cada local a la calle tiene muchísimos gastos: alquiler, impuestos, empleados. Hace 60 días que nuestros locales no tienen actividad”, agregó. Otra comerciante, titular de una casa de telefonía, dijo que “nosotros como otros locales tenemos gastos pero no ingresos”, y agregó que “las deudas no las vamos a poder pagar”.
Ante este escenario, el concejal de JxC Alejandro Carrancio presentó un proyecto de urgencia para que los comerciantes tengan permiso precarios para poder trabajar, y se está considerando una disposición contundente nivel municipal.
