El titular de La Asociación del Personal de los Organismos de Previsión Social, Leonardo Fabre, –mediante carta documento- les manifestó a los delegados del organismo su oposición a la apertura de las oficinas de atención al público -UDAI- y otros edificios del organismo que dispuso la flamante directora de la ANSES, Fernanda Raverta, lo que se entendió como un llamado a “desoír” las disposiciones de la máxima autoridad de la entidad de la Seguridad Social.
Según consta en el texto, el dirigente se molestó porque los “hayan declarado actividad esencial” y señaló que “se debería seguir trabajando de manera remota”. Al respecto argumentó que «hay un plan de apertura con puertas abiertas que es una locura. Parece que están buscando la tragedia», señaló Fabré en lo que preanuncia una relación compleja la nueva titular de la entidad.
«Por responsabilidad de esta empleadora parece que estamos yendo a buscar al virus», disparó el gremialista y agregó que «aún hay cinco millones de IFE que no se han pagado», lo que significa «que irán a agolparse en forma masiva en busca de los beneficios y eso pondrá en riesgo la salud de los trabajadores», recalcó.
El otro gremio de ANSES, el SECASFPI, no interpuso reclamo ante la «necesidad» de contar con trabajadores en forma “presencial” y por el contrario se puso a disposición de las nuevas medidas propuestas por la ex ministra de Desarrollo Social de la provincia.
En ese sentido, ya han venido manifestado desde la entidad que “somos un servicio esencial declarado por el presidente y como tal lo asumimos”. Al respecto aseguraron que “tomaremos las medidas de seguridad para defender y resguardar la vida de nuestros trabajadores pero tenemos que estar a la altura de las circunstancias porque la seguridad social es fundamentalmente solidaria y estamos al servicio de la comunidad”.