El listado incluye la industria Automotriz y autopartes; electrónica y electrodomésticos; textil, calzado e indumentaria; productos de tabaco; metalurgia, maquinaria y equipos; gráfica, ediciones e impresiones; madera y mueble; juguetes; laboratorios farmacéuticos; química y petroquímica; fabricación de motocicletas y bicicletas y fabricación de neumáticos. En todos los casos se aclaró que será para aquellos trabajadores que no necesiten utilizar el transporte público y cuya movilidad esté a cargo de cada empresa.
Esa veintena de actividades realizan desde este lunes la prueba de fuego en cuanto a la efectividad de su funcionamiento, con total consciencia de que el fracaso en los protocolos de higiene y transporte significará un retroceso en la apertura del aislamiento social, que volverá a cerrarse «sin dudar» afirman desde el poder Ejecutivo.
Pese a que continúan las presiones para el inicio de funcionamiento de todos aquellos que aún no pueden empezar a trabajar, continúan prohibidos los eventos públicos y privados (sociales, culturales, recreativos,deportivos, religiosos), los centros comerciales, los cines, teatros, centros culturales, bibliotecas, museos, restaurantes, bares, gimnasios y clubes. También el transporte público de pasajeros interurbano, interjurisdiccional e internacional y las actividades turísticas, aperturas de parques y plazas. Sin contar el inicio de clases, que será lo último en volver a funcionar.
El lunes comenzó con miles de autos en las calles y ya el fin de semana, muchos se habían lanzado en salidas recreativas y en algunos casos, sociales. Se triplicó la movilidad en la ciudad de Buenos Aires y a partir de ello la cantidad de casos se ha mantenido relativamente estable, o como se esperaba a excepción de las zonas más vulnerables y los geriátricos.