Fernández  se reunió con curas villeros preocupado por los efectos de la pandemia en el conurbano

En la necesidad de una planificación especial para los núcleos duros de población en los barrios más vulnerables, el presidente Alberto Fernández, se reunió con otros de los que son sus aliados en esta cruzada:  los curas villeros.

Los sacerdotes habían advertido la semana pasada sobre las dificultades reales para cumplir en sus barrios las medidas de prevención, tanto para enfrentar el coronavirus como el dengue. «Son de imposible o muy difícil cumplimiento en barrios donde existe un fuerte déficit de agua potable y donde muchas personas viven en los pasillos, sin acceso a condiciones elementales», graficaron.

Son los mismos curas de los barrios quienes ofrecen sus parroquias para albergar a los adultos mayores, expuestos a los enormes peligros de esta enfermedad. Varias de ellas, como las de las villas La Cárcova, de José León Suárez, y 21-24, de Barracas, pusieron sus espacios a disposición de la cruzada contra la pandemia y habilitaron lugares para que los vecinos que no pueden cumplir el aislamiento en sus casas, por problemas de hacinamiento, lo hagan en las parroquias.

La preocupación no es sólo el aislamiento en éstos lugares. También la demanda de alimentos: «Creció fuerte la demanda de alimentos. Mucha gente no puede hacer changas y acude a la parroquia para pedir comida y plantear otras necesidades que van surgiendo», comentó uno de los curas que aseguró “se multiplicaron los servicios de comedor”.

Varios curas de villas de emergencia y barrios populares de la Capital y del conurbano tuvieron este miércoles estuvieron en la reunión en Olivos de la que participaron también: Máximo Kirchner, Gustavo Beliz y Andrés Larroque .

Concurrieron el obispo Gustavo Carrara , vicario episcopal para las Villas de Emergencia, y los padres José María Di Paola , Lorenzo de Vedia, Juan Isasmendi, Eduardo Drabble, Niciolás Angellotti y Carlos Olivero .

Los sacerdotes, antes, se reunieron con el ministro de Obras Pùblicas, Gabriel Katopodis, para analizar cuestiones vinculadas con la infraestructura necesaria para enfrentar la pandemia en los barrios vulnerables.

En La Matanza, por ejemplo, se destinó el complejo Tierra-Techo-Trabajo, en el que los vecinos realizaban actividades deportivas, para levantar un centro de salud de campaña. La idea es armar «carpones de salud», al estilo de las carpas levantadas por el Ejército en el Hospital Militar Reubicable de Campo de Mayo, para facilitar la prevención y promover el aislamiento comunitario, dijeron los curas.

Además, un equipo de médicos recorre los hogares de abuelos y centros comunitarios de recuperación de adicciones. «En estos momentos tenemos más de 350 personas en los centros, para chequear los síntomas, los hábitos de prevención y las normas comunitarias que fuimos poniendo en nuestros hábitos comunitarios para cuidarnos», añadieron.

Otro ejemplo es el del padre Pepe Di Paola: “Ante la epidemia del coronavirus “cerramos el primer piso de la parroquia, en la Villa La Cárcova, y lo habilitamos para los adultos mayores, una población en riesgo. Pusimos 14 camas e invitamos a los abuelos de la villa para que puedan pasar su cuarentena ahí, aislados», afirmó el sacerdote.