El Gobierno no pierde de vista los cambios vertiginosos de empleo que existen, como la proliferación del trabajo bajo plataformas, y analiza impulsar una reforma laboral que contemple a las personas que hoy facturan por sus servicios, como médicos a clínicas privadas o aquellas que actúan en Uber, Rappi o PedidosYa.
Desde la cartera laboral que lidera Claudio Moroni son conscientes de que se debe tener un nuevo marco legal para que no «existan grises», ya que por ejemplo las empresas de plataformas consideran a sus trabajadores como «independientes» o en muchos casos «emprendedores» para que no existan grises entre el empleado y su relación laboral con su empleador. Los datos marcan que en la Argentina existen unos 160.000 trabajadores de plataformas, que representan al 1% de los ocupados a nivel nacional.
En este sentido, la Casa Rosada descarta que se avance hacia una reforma como aquella que pide el FMI o trató de establecer la administración de Mauricio Macri y, en cambio, se piensa en una legislación que encuadre a los trabajadores que facturan a las empresas, muchos de ellos profesionales, con derechos que no son reconocidos como vacaciones pagas, obra social, aguinaldo, etc.
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Varios expertos ya analizaron esta situación compleja. Para muchos, «es necesario otorgarle una regulación específica a aquellos casos en los que la naturaleza de la propia actividad torna inadecuada su asimilación a la relación de dependencia, máxime teniendo en cuenta que el avance de las nuevas tecnologías y la forma en que el ser humano se relaciona con éstas, han puesto en crisis la concepción clásica del trabajo dependiente».
Asimismo, existen «profesionales cuasi independientes, que facturan como monotributistas o autónomos, y que en realidad su giro principal, normal y habitual, lo hacen para una sola empresa o persona». Eso debe tener una regulación específica y, además, cumplir con los reclamos de las empresas, que contratan personal de esta forma y luego reciben demandas judiciales por parte de trabajadores. Ante este panorama, muchas firmas apuestan a pagar directamente en negro para evitar inconvenientes.
La figura del Contrato de Trabajo deberá ser reconsiderada a su vez y, de acuerdo al especialista Pablo Mastromarino, «sin duda sería útil regular la situación de determinados profesionales que por la índole de su actividad y la prestación que desarrollan, tienen más características de autonomía que de dependencia».
Y agrega que «hay que velar por evitar y combatir las situaciones de fraude, pero también hay que ser conscientes de que no se puede someter el análisis de determinadas actividades y prestaciones a un plexo normativo que tiene más de cuarenta años, ya que muchas actividades no se ejercen de la forma en que se ejercían en esa época y otras tantas ni siquiera existían». Desde la cartera laboral todavía no han adelantado qué tipo de legislación piensan elaborar al respecto.