El consejo directivo de la CGT ratificó su mandato de cuatro años. El Confederal pautado para el mes que viene se esfumó este jueves entre los temas sociales que taparon la agenda y dejaron la conducción vigente hasta el 22 de agosto del 2020 cuando hayan cumplido sus cuatro años de gestión.
Ahora, la central obrera se fijó un nuevo objetivo: incluir en la mesa de discusión a los gremios que abandonaron la Confederación General del Trabajo. «Lo mejor es sostener la unidad cueste lo que cueste», insistió Daer.
Eso fue lo que se decidió ayer en el consejo directivo. «Apoyamos al triunvirato. No habrá elecciones», resumió Sergio Romero, titular de UDA. Asimismo, el también secretario de educación cegetista aclaró que «no se suspendió nada» (en relación al Confederal del 22 de agosto) porque nunca se había convocado oficialmente al congreso normalizador, en el que se debía realizar la votación.
Sin fecha exacta pero entre agosto y septiembre se realizará un plenario de secretarios generales que «convalidará, mediante un documento, la continuidad del triunvirato» donde además «se propondrá un plan de acción, un plan de lucha concreto frente al ajuste”.
La CGT mientras tanto intentará dialogar con los metalúrgicos de la UOM, los del sector del MASA (mecánicos del SMATA, Unión Ferroviaria, Peones de Taxis, Telefónicos) y los de las 62 Organizaciones Peronistas (sobre todo, trabajadores rurales de la UATRE y Jerárquicos de AFIP).
La pregunta es si se sentarán con Pablo Moyano, que amenaza con crear un nuevo espacio. Y por lo pronto no estarían en agenda las dos CTA, de Hugo Yasky y Pablo Micheli ni tampoco los movimientos sociales.