La corrida cambiaria, con un peso que se devaluó frente al dólar (que se cotizó el jueves en 47 pesos) llevaron a distintos analistas económicos a corregir las expectativas de inflación, que hace unas semanas se ubicaba en 40% y que ahora se elevó en 5 puntos dada la coyuntura.
Según el economista Hernán Hirsch, las acciones del Gobierno agravaron el panorma y piensa que a fin de año la inflación será del 47%. En esa línea, Mariano Kestelboim, espera que el alza de precios se ubique entre el 40% y el 45%: «El Gobierno tomó medidas justo después de haberlas deplorado durante mucho tiempo y eso fue una forma de exponerse ante la sociedad y los mercados. Reconoció la problemática y perdió la credibilidad que le quedaba. Eso agrava el proceso inflacionario porque empeora el desequilibrio externo».
Héctor Rubini, LCG y Ecolatina también corrigieron sus pronósticos de principios de mes y piensan que con el reacomodamiento del dólar y siendo insuficientes las medidas de la administración Macri, el piso de la inflación será del 40%.
Por el momento, para la Encuesta de Expectativas de Inflación (EI) elaborada por el Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella que se conoció hace escasos días, las expectativas de inflación anual se encuentran en un 40%.
En los últimos cuatro años, la mediana de la inflación esperada fue 40% en 2 meses, nunca mayor a 40% y menor a 40% en 46 meses. En la distribución regional, las expectativas del incremento de precios subieron notablemente la Capital Federal, al pasar del 39,3% en marzo al 44,2% en abril. En tanto, en el Interior del país y el Gran Buenos Aires se mantiene más estables.
Para el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, “para bajar la inflación lo tenías que hacer con políticas económicas sanas. No tenemos duda que esta batalla la vamos a ganar”, aseguró, quien consideró que “la tarea que nos toca en este momento es más dura que la que nos hubiese tocado sin los eventos del año pasado. Uno tiene que estar listo para dar la batalla que le toca dar”.
“Hay una queja de la gente respecto de la inflación. La Argentina la quiere bajar con tipo flotante, eso lleva a que sea más lento, como pasó en los países vecinos. Uno prefiere tener más inflación si puede preservar los empleos. Esto le funcionó a las economías de la región”, subrayó.