Si bien en los últimos meses del año el déficit comercial del país tendió a reducirse debido a la devaluación del peso, el cierre del año dejó un rojo de más de 3820 millones de dólares. Gracias a un aumento de las exportaciones y a la reducción de las importaciones por una apreciación del dólar de más del 100%, la tendencia cambió claramente en los últimos meses, logrando que el déficit comercial del año se reduzca en un 54% respecto del de 2017.
Las exportaciones del año sumaron USD 61.621 millones (5,1% más que en el año anterior) y las importaciones totalizaron USD 65.441 millones (caída de 2,2%). Durante la primera mitad del año el impacto de la sequía golpeó duramente en la balanza comercial argentina, pero luego de la violenta devaluación del segundo semestre, las importaciones se frenaron abruptamente crecieron las exportaciones por tercer año consecutivo.
Después de tener ocho meses consecutivos de déficit, la balanza comercial sumó un último cuatrimestre de superávit. En diciembre se registró un saldo favorable de USD 1369 millones (el mayor desde mayo de 2014).
Los sectores que más divisas generaron fueron los de productos primarios (USD 1479 millones, un aumento del 36,9%), las manufacturas de origen agropecuario (USD 1756 millones, incremento de 11,8%) y las manufacturas de origen industrial (USD 1778 millones, más 9,9%). Las exportaciones de combustibles y energía cayeron 13,5%, hasta los USD 268 millones.
En lo que hace a las importaciones, las caídas más importantes fueron las de bienes de capital, registrándose ingresos sólo por USD 738 millones (-38%), combustibles y lubricantes con USD 290 millones (-33,9%), las de piezas y accesorios para bienes de capital con USD 709 millones (-22,9%), las de bienes de consumo con USD 497 millones (-33,7%) y las de vehículos automotores de pasajeros con USD 230 millones (-62,8%). Las importaciones de bienes intermedios aumentaron un 0,2% por el fuerte ingreso de porotos de soja para cubrir el impacto de la sequía.
Los principales socios comerciales fueron Brasil (superávit de USD 258 millones), China (déficit de 290 millones) y Estados Unidos (déficit de 319 millones). Estos tres países en conjunto absorbieron el 36,6% de las exportaciones y aportaron el 56,3% de las importaciones.
Según la consultora Ecolatina, las proyecciones para este año serían similares a las del último trimestre de 2018: “Proyectamos que las exportaciones crecerán en torno del 7% y las importaciones retrocederán alrededor de 10% en el acumulado anual. De esta forma, la balanza comercial de bienes retornaría a terreno positivo luego de dos años bajo cero, registrando un superávit cercano a USD 7000 millones”.
Desde la consultora concluyeron: “Las presiones cambiarias que traerían las elecciones impulsarían al tipo de cambio y, con él, a la inflación. Este combo negativo para el poder adquisitivo podría golpear aún más las compras externas, a la par que apuntalaría la competitividad cambiaria y posicionaría a las exportaciones como una salida contracíclica. En consecuencia, lo que sería un escenario pesimista para el resto de las variables actuaría de manera favorable en el frente externo”.