Este 1º de mayo, Día internacional de las y los trabajadores, la Confederación General del Trabajo (CGT), las dos CTA (de los Trabajadores y Autónoma) y numerosos movimientos sociales y organizaciones políticas llevaron adelante una masiva concentración en torno al monumento al Trabajo, sobre Avenida Paseo Colón, frente a la facultad de Ingeniería. Las columnas gremiales cubrieron toda avenida Independencia, desde el bajo hasta cruzar la Avenida 9 de Julio, estimándose una presencia de más de 100 mil personas. El triunvirato cegetista encabezó la movilización detrás de una bandera con la consigna «La Patria no se vende».
En el documento con el que se convocó al acto, la central obrera recordó que la fecha «constituye una jornada de evocación y un llamado a la memoria por todos aquellos que nos precedieron en las luchas obreras y que tuvieron el valor de organizarse para conquistar y defender sus derechos sociales y laborales», pero también es un día de reclamo «por las necesidades que deben ser atendidas y reparadas». En ese sentido, remarcó que hoy, con un gobierno como el de Javier Milei, «cuando todos los derechos sociales, laborales, sindicales y previsionales se encuentran amenazados, es un día de reivindicación y defensa de las conquistas y derechos adquiridos que se pretenden vulnerar sin respetar la voz de las y los trabajadores».
La CGT insistió en que «transitamos un grave momento como país y como sociedad», con una administración que «implementa un ajuste brutal que sufren especialmente los sectores de menores ingresos, las clases medias asalariadas, jubilados y pensionados», con «precios liberados en alimentos, en medicamentos, en energía y en los servicios esenciales y salarios disminuidos en su poder de compra», además de «paritarias intervenidas por el ministro de Economía que impide la adecuada actualización de los salarios; recesión y aumentos incesantes que generan caída en los niveles de actividad económica y los índices de consumo básicos, que —en la práctica— representan una fenomenal transferencia de recursos hacia los sectores más concentrados y privilegiados de la economía».
Desde la central obrera detallaron que desde la asunción del nuevo gobierno se constató un 31% de caída real en las partidas presupuestarias de jubilaciones y pensiones, un 87% en obras públicas, un 39% en subsidios al transporte, un 76% en transferencias a las provincias, un 18% en recorte a las universidades y un 13% en programas sociales, «solo algunos de los indicadores que ponen en evidencia que el ajuste no lo paga la casta; sino que recae sobre los sectores más vulnerables».
Y agregaron: «Todo esto ante un gobierno que no muestra un programa económico sustentable ni consistente, que no proyecta un horizonte de expectativas alentadoras a futuro, ni hacia un crecimiento integral con inversión productiva y no solo financiera. Un gobierno sin diálogo social, que sólo se vincula con los representantes de intereses amigos, que agrede y deshecha a los trabajadores y a sus organizaciones, menosprecia a los jubilados y pensionados que no pueden esperar, se desentiende de la atención de los más vulnerables, discrimina a las y los hacedores de la economía popular, desfinancia la salud pública, la educación pública, la ciencia, la tecnología y la cultura, mientras se deteriora gradualmente el valor capital de las pequeñas y medianas empresas y comercios, profundizando así el grave cuadro de pobreza estructural e indigencia que devasta nuestra comunidad».
En el acto en el Monumento al Trabajo no hubo palco ni oradores, limitándose a la lectura del documento antes citado, y convocando a una conferencia de prensa en la histórica sede cegetista de calle Azopardo, donde la conducción de la central obrera reiteró sus críticas al oficialismo, descartó cualquier tipo de acuerdo con el Gobierno y ratificó el paro general del próximo 9 de mayo.